Tu guía para acabar con los ruidos más molestos del hogar
La puerta de un frigorífico es uno de los componentes más sensibles de una nevera. Se trata de una de las partes móviles más usadas en su día a día lo que conlleva un desgaste natural en sus componentes. Dicho uso, combinado a menudo con malas prácticas a la hora de abrir y cerrar la nevera, puede provocar problemas mecánicos que desemboquen en «chirridos» o ruidos molestos e incluso fantasmagóricos.
Analizamos a continuación las principales causas y las posibles soluciones para que la puerta de tu nevera pueda estar emitiendo este tipo de ruidos.
Lo primero que deberías comprobar es si la puerta de tu nevera está mal engrasada. No te preocupes es un problema habitual cuando nos encontramos delante de un frigorífico antiguo o que haya sido expuesto a un ambiente muy seco. Para engrasarla, te aconsejamos que utilices un lubricante multiusos industrial tipo 6 en 1. En su defecto, puedes utilizar aceite de oliva, aunque el resultado durará apenas unas horas.
Utilizar aceite lubricante para engrasar la puerta de tu nevera reducirá los ruidos producidos por la sequedad
Para un correcto funcionamiento, las neveras deben colocarse sobre una superficie plana. No hacerlo suele provocar problemas a largo plazo en tu frigorífico, el más habitual el deterioro de la puerta. Es por ello que te recomendamos que corrijas la posición de tu electrodoméstico con una buena base ajustable (puedes conseguir una por un precio alrededor de los 30€), niveles la posición y posteriormente engrases la puerta de la nevera tal y como te indicábamos en el punto anterior.
Colocando una base estable, nivelaremos nuestra nevera, lo que acabará con posibles problemas de ruido. Fuente: Amazon
En principio NO. Se trata de ruidos provocados por el uso y el desgaste y en teoría no debería afectar al rendimiento de tu frigorífico ni a su capacidad de conservar los alimentos.